La caja de luz
Hace poco participé en un taller de fotografía creativa con la maestra Ana Alvarez, ella me hizo recordar con mucho cariño cuando mis padres compraron un refrigerador nuevo. Venía en una caja muy grande, lo que para mis padres fue basura para mi y mis hermanos se convirtió en lienzo en blanco para jugar, recuerdo que esa caja se convirtió en un una casita, fuerte de guerra, una base lunar, un tanque; no habia limite para crear toda una serie de historia.
Para estimular la creatividad fotográfica debemos volver a jugar, con la cámara como lo que es, una caja de luz. Ejercitemos la imaginación en nuestros proyectos fotográficos permitiéndonos disfrutar una vez más de los juegos.
La técnica fotográfica y el lenguaje visual son el medio para poder expresar la creatividad. Pero ¿Qué hacer para potenciar la creatividad?
Lo primero y lo más importante es liberarse del estrés diario, hacer ejercicios de relajación, buscar un lugar especial en donde estar tranquilo. Liberar la mente de preocupaciones y necesidades urgentes. Esa facilidad que tienen los niños de concentrarse completamente en crear mundos en su imaginación, es lo que queremos y para esto debemos ser conscientes y persistentes en sacar momentos para dejarse llevar por la imaginación. Por esto debemos intentar sacar a ese niño que llevamos adentro y que vuelva a tomar el control. Ser perseverantes y ejercitar constantemente el músculo creativo.
Diferentes rutas
La creatividad no es una ruta de A hasta B en línea recta, es difícil de dar trazabilidad a las diferentes ideas que puedan ir surgiendo. Es un hecho que las mejores ideas pueden llegar en cualquier momento, mientras pensamos puede venir otra que al combinarse puede ser mejor o por el contrario ir descartando una idea por otra.
La creatividad se gesta al explorar las rutas de la imaginación.